Al adquirir un compromiso financiero como un crédito
hipotecario o al firmar un contrato de arriendo de una propiedad, se
vuelve necesario contar con un codeudor que funciona como garantía
de la persona que contrae la deuda. Este concepto, también definido
como “aval”en algunos países, tiene el objetivo de entregar
garantías y seguridad al dueño de la propiedad en caso de
incumplimientos en un contrato de arriendo, o a la institución con
la que se adquiere el compromiso financiero. En caso de no pago, el
acreedor puede exigir a cualquiera de ellos pagar la deuda.