Inversión

¿Renta fija o renta variable? Descubre las claves para invertir de forma inteligente

junio 22, 2023

Según Gallardo, “la renta fija se refiere a aquellos instrumentos financieros que ofrecen una rentabilidad fija y preestablecida al momento de la inversión”, lo que implica un menor riesgo asociado. Al ser una inversión más segura, hace que el nivel de rentabilidad sea menor en comparación con la renta variable.

Por otro lado, explica la economista, la renta variable está sujeta a las fluctuaciones del mercado, lo que la convierte en una opción más arriesgada, pero con potencial para obtener mayores rendimientos. “Tiene un mayor riesgo asociado ya que al momento de invertir se desconoce el resultado de esta inversión', puntualiza, destacando que por eso es necesario un 'mayor estudio respecto al instrumento en particular con el que se decida invertir”.

La elección entre renta fija y renta variable depende de varios factores: el perfil de riesgo del inversionista, el plazo de la inversión, las condiciones del mercado y las tasas de interés son algunos aspectos clave a considerar.

Gallardo destaca que “si el inversionista tiene un perfil de riesgo bajo y busca una inversión a largo plazo, la renta fija podría ser una opción más adecuada”. En este caso, los depósitos a plazo son una opción conocida en Chile, incluso con alternativas atractivas en UF. Por otro lado, aquellos inversionistas con un perfil de riesgo más alto y una búsqueda de rentabilidad a corto plazo pueden optar por la renta variable, pero reitera que “requiere mayor conocimiento del mercado y dedicación al monitoreo de esta”. En este caso, los fondos mutuos o las acciones son los instrumentos más populares en el país.

Es fundamental recordar que cualquier inversión conlleva riesgos y, por lo tanto, es crucial “invertir siempre en instrumentos e instituciones regulados y no confiar en ofertas 'sin riesgo' o en aquellas en las que es necesario invitar a más personas para ganar”.

En resumen, la elección entre renta fija y renta variable implica evaluar cuidadosamente el nivel de riesgo que se está dispuesto a asumir, el horizonte temporal de la inversión y las condiciones del mercado. Tener en cuenta estos factores y buscar asesoramiento profesional permitirá a los inversionistas tomar decisiones financieras más informadas.